sábado, 28 de octubre de 2017

CD 189 – Rita Segato: “Revisar el Patrón Patriarcal”


¿Cómo terminar con la guerra de conquista permanente?

Invitamos a la antropóloga y escritora Rita Segato a participar de un plenario con todos los programas de la radio. Una instancia interna de formación e intercambio. Queremos compartir parte de lo que dijo, tanto por su potencia como por la urgencia de sus conceptos. 

Para hablar de la pedagogía de la crueldad hay que hablar de dos proyectos de mundo. Uno es el proyecto de las cosas, donde somos consumidores. El otro es el de los vínculos, el proyecto que produce comunidad.

En el mundo de las cosas, los valores son la productividad, la competitividad, el cálculo de costo-beneficio, la acumulación y la concentración.

Sin embargo, en simultáneo conservamos los vínculos, la amistad, que es una característica muy fuerte de la Argentina. Todavía se invierte en la institución de la amistad. En otros países la conversación es una pérdida de tiempo.

La pedagogía de la crueldad es la que convierte la vida en cosa. La que nos enseña todo el tiempo que los cuerpos y la naturaleza son cosas. Es la pedagogía que nos lleva progresivamente hacia el proyecto del consumo.

Esa batería de gestos de la pedagogía de la crueldad tiene como correlato una disminución de la empatía, de la sensibilidad hacia el sufrimiento de los otros. Esta escalada es una característica que se ve como nunca en este tiempo.

Un ejemplo es lo que ocurre con la película La Naranja Mecánica: fue prohibida en su momento porque se la consideraba la más violenta de la historia y hoy es una comedia. Es un termómetro de cómo ha cambiado nuestra piel, nuestra sensibilidad a la crueldad. Hoy, sus escenas más violentas nos hacen reír.

Hay otra educación que es contraria a la pedagogía de la crueldad que te dice que en el lugar de esa persona puedo estar yo. Eso es un enunciado que está ausente hoy. Cada persona tiene su lugar y esos lugares no son conmutables.

Cámaras rapiñadoras

¿Cómo tratar mediáticamente el feminicidio? Hoy la lente mediática muestra al agresor como un monstruo. El monstruo es un sujeto potente. Y del lado del mandato de la masculinidad la potencia es el principal valor. Es un mandato de exhibición, de espectacularización, de potencia. Y eso genera una gran convocatoria para ocupar ese lugar. Hay una identificación con esa figura que reinstala la jerarquía patriarcal a través de la violencia extrema. Es un doble discurso de los medios.

¿Qué hace la cámara de Tinelli? Es una cámara rapiñadora. Llama al público y le dicen que se encuentran del mismo lado que el ojo. Los convoca a la posición del ojo que mira a través de la lente. Pero los engaña: el público está del lado del cuerpo rapiñado. Es una ilusión de estar del lado del poder que escrudiña los cuerpos, los rapiña, los captura, los devora. Pero eso es mentira. ¿Sos la basura o estás del lado del que maneja las riendas de la cámara? Esa es la pedagogía de la crueldad. Enseñar a gozar con el sufrimiento del otro. Es muy afín a la pedagogía militar.

La corporación masculina

El debate sobre la prostitución es muy difícil. Pero, ¿qué es la prostitución en la era de la industrialización de los cuerpos? Es la primera pedagogía que enseña el cuerpo-cosa. Hace poco participé de una mesa con una referente sindical de las meretrices. Yo la respeto, no me gusta la censura. Respeto siempre y cuando se haya reflexionado de manera amplia sobre el tema. Porque la prostitución tiene una historia. A lo largo del tiempo ha cambiado su significado, su papel. Mantener a la prostitución a salvo de su captura como pedagogía de la dirección del proyecto histórico de las cosas hoy es prácticamente imposible. Al mismo tiempo creo que es imposible dejarla protegida de los adueñamientos.

Cuando se levanta la prohibición de la prostitución en Argentina, se vuelven a abrir los burdeles en las inmediaciones de los cuarteles. Cuando llega un recluta a trabajar a un pozo petrolero de la Patagonia, lo primero que hacen es llevarlo a un burdel. Lo mismo ocurre en la zona de los Valles Calchaquíes con los emprendimientos mineros. Las empresas compran casas en barrios pobres para instalar burdeles.

El sentido común dice “es por la libido masculina”. Es un verso. Entrevisté muchísimos violadores y el tema del deseo sexual surge muy poco. El burdel es la pedagogía necesaria para aprender a ver un ser humano como cosa. Es la pedagogía de la crueldad por excelencia. Además crea alianza masculina. Genera corporación. La corporación masculina se consolida mediante una víctima sacrificial, que es esa persona transformada en cosa.

Hay que ser conscientes de que la radio genera algo muy distinto a la corporación. La corporación no es una comunidad. Es lo opuesto a la comunidad. En la comunidad existen los grupos corporados, se trata de una categoría antropológica en la que las personas pueden hacer una minga; pueden cooperar en una misma tarea. Pero cuando se hace la transición a una sociedad de masas, ese grupo corporado se transforma en una corporación. Una corporación es una entidad donde surge un familismo amoral, donde surge la idea de que la principal lealtad es la corporación y esa lealtad a la corporación se encuentra por encima de cualquier otra lealtad o cualquier otro valor.

La masculinidad es una corporación, hay que demostrar merecer el título de la membresía de esa corporación y ahí entra la exhibición de una capacidad de crueldad. Esa es la base del mandato de masculinidad. El mandato de género también se realiza dentro de las propias jerarquías de la masculinidad. La jerarquía de la masculinidad tiene una estructura afín con la estructura militar y policial. ¿Dónde encontramos la punta del hilo para deshacer esa madeja?

La guerra neurobélica

Este año estuve en Buenaventura, en la costa pacífica colombiana, donde se está haciendo un complejo portuario de tres puertos y un complejo hotelero para hospedar a los empresarios que iban a negociar el tratado transpacífico. En ese lugar, vive una población negra que tiene derecho constitucional a habitar esa región. Para sacar a esa población de ahí hacen atrocidades, para que la gente abandone sus lugares ancestrales. Así aparece el fenómeno de “desplazados”. Asustan a la gente para tomar sus territorios. ¿Cómo se termina con la guerra? No se termina con un pacto entre las FARC y el gobierno colombiano, porque es otro tipo de guerra. Es una guerra de conquista permanente. Es falsa la idea de que la conquista se cerró, la conquista está en curso. ¿Cómo se termina con esta guerra? Hay que pensarlo, pero no de una forma que nos haga llegar a tomar decisiones autoritarias.

Últimamente hablo mucho del autoritarismo y de la utopía. No uso la palabra utopía, porque la utopía es un diseño de futuro que tiene que ser así. No tiene que ser una idea cerrada de futuro la que guíe nuestra acción. El camino tiene que ser visto desde lo que ya sabemos, desde la historia y desde donde estamos. Si hay una utopía viva es que la historia es impredecible, es puro acaso, es incontrolable. La libertad es la imprevisibilidad de la historia.

Para responder esa pregunta sobre cómo se para esa guerra, la respuesta es “desmontando el mandato de masculinidad”. Porque es el mandato de masculinidad que ofrece mano de obra bélica, que deja a los niños y jóvenes hombres preparados para ser contratados de manera informal o formal y “programados neurobélicamente”.

La programación neurobélica prepara a sus recursos humanos para las guerras del presente, que no tiene límite porque no son guerras formales. Ninguna de las leyes de la guerra actúa contra ello. Son profesionales bélicos contratados por empresas que se encuentran en un limbo legal, pues no obedecen ni a la justicia humanitaria que pone límites sobre cómo un ejército puede actuar en una guerra, ni obedecen al estado.  Esa mano de obra bélica existe porque existe un mandato de masculinidad, porque existe una manera en que las familias, las escuelas, los barrios, la vida cotidiana forma a los hombres y esa obligación de masculinidad implica abdicar algunas formas de la sensibilidad; volverse insensible tanto del cuerpo propio como del cuerpo ajeno. Es una preparación que luego se continúa cuando el sujeto masculino entra en el espacio bélico, sea por la vía del estado o por la vía de un espacio para estatal que se expande en América Latina. La esfera paraestatal se encuentra en expansión en América Latina.

En nuestro tiempo muchos hombres se van evadiendo del mandato de masculinidad. El hombre en su obediencia al mandato de masculinidad y con la característica narcisista de la psique masculina no tiene acceso al espejo que le habla de su propia crianza, de su propia carencia, de su propia abdicación a tener formas de la felicidad. Es un sujeto poco espejado, poco reflexivo y que no toma conciencia de su propio sufrimiento. Con esto no justifico a los hombres, lo que estoy diciendo es que uno de los caminos es informar a los hombres que están siendo obedientes a un mandato que los victimiza también, que les exige suprimir aspectos importantísimos de la vida. Formas de felicidad que las mujeres conocemos y ellos no pueden conocerla. Por eso los hombres mueren antes en todos los países del mundo.

Otro tema es que estamos frente a un espectáculo de crecimiento del fundamentalismo cristiano. Hay que usar esa palabra, porque nos enseñaron a condenar el fundamentalismo islámico, pero hay que usar esa misma expresión de fundamentalismo para lo que se está instalando entre nosotros de México a Argentina.

El miedo al espacio público es un miedo nuevo y es muy parecido al miedo en la sociedad fundamentalista islámica. La fundamentalista es la forma más occidental de todas las formas del islam, porque clausuró todas las formas de debate interno y afirma una verdad única. El problema de la verdad única es el problema del presente y esa verdad única, esa justicia única, está colonizando nuestro continente, que no tiene en el pasado una inclinación a posturas fundamentalistas.

Fundamentalismo y guerra son ideas muy afines.


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En el marco del Día Internacional de la Mujer, la antropóloga Rita Segato sostiene que “hay un pacto de la masculinidad que no se ha tocado” ni siquiera en el marco de los gobiernos denominados progresistas de América Latina. “La historia no va a cambiar si no revisamos el patrón patriarcal”, define. Además, intuye que las mujeres tendrán un rol preponderante en las luchas por venir. (FM La Tribu 88.7 - 09/03/2016)

La antropóloga y escritora Rita Segato habla de lo que denomina “la pedagogía de la crueldad” en relación a la violencia hacia las mujeres y el mensaje que se inscribe en toda la sociedad. Además, muestra entusiasmo por la marcha del 3 de junio y #NiUnaMenos: “Es una nueva escritura en el cuerpo, alegre y positiva. Es una nueva gramática en el territorio de la ciudad.” (FM La Tribu 88.7 - 30/06/2015)


Audio del encuentro con Rita Segato que tuvo lugar en la localidad de Cura Brochero, Traslasierra, Provincia de Córdoba, Argentina.  (104.9 FM Comunitaria Las Chacras – 19/09/2017)

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